Lo vio reír
se rió
se aguantó
Lo vio caer
cayó
se tiró
Lo vio seguir
se paró
lo besó
Se le derramó
una lágrima
desde el lagrimal
a la pera
recorrió
una eternidad
de piel porosa
fría o
congelada
Llegó hielo
la lagrimita
y se quedó tiesa
adosada al cuerpo
al rostro
a la pera
y ni el sudor
del temor
la derritió
a la derramada.
Hubo un disparo
en el cielo
al vacío
Resfrío al tiempo
el estornudo
fue magno
Y se murieron ángeles
que aplastaron
cierta gente
que se levantó erguida
poseída
de una voluntad
impetuosa
majestuosa
rebelde
y sin control.
No hubo paz esa noche
pues el ardor
era inmenso
y en el caos
sucumbió
el fuego
y el amor.
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