El surrealismo.
Eterna e inhóspita cuestión de cuajo doble, con papas tiernas y rehumecientes que recogen suaves sus patatas sobre la lechugosidad de la espinaca. Una vbitalidad inconmesurable, inergente, subpruputia e indolecente que fascina a las mentes como a vaginas mojadas. Repite inverbe "la cuestión!! la cuestión!!" pero nadie le entiende. Se restituye en dirección contraria mas mira atrás y conversa: "Culiadse mutuo".
El surrealismo se empodera. Se empedrada y se mpodrida para que sus hijes decaigan plenos, hurguiéndose en el pasto y delirándose al vacío. El amor está allí: donde las centellas cienaguean el bulto informe que somos, cuando las purpúreas pupilen al alma lo notaremos más. Es cuestión de dejars-cuestión!! la cuestión!! la cuestión!! la cuestión!! la cuestión!! la cuestión!!
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