miércoles, 15 de julio de 2015

II Suerte

Con suerte ahora planeo
liberarme de este recóndito placer
de esconderme en la esquina más recóndita
ante el más recóndito temor.
Con suerte ahora planeo
despegarme un poco del suelo y de las placas
los planos que me aplastan la plástica 
pistola
que me apunta al pecho y se me clava filosa
cuchillo.
Con suerte ahora planeo
despejarme un poco y salir de este deseo
con motus propia levantarme del frío suelo,
suelo quedarme ratos más largos pero
el tiempo me llama, y no hay consuelo
no hay respuesta, así que
¿vuelo?

Con tristeza quería llegar
a encontrar un corazón dentro mío
que soportara el amor de otro,
un amor inmerso en tí, o
cabalgante como sobre un potro
¿Tan difícil iba a ser conseguir
el retrato de la protesta del orto?
Un fuckin nosotros
era lo que necesitaba y ahora
lo dudo, resbalo y rompo
al tiempo en que me corto la aorta.

Quebrando cada una de las partes me encuentro
sentada frente a la pantalla intentando sopesar
el hueco que se percibe en el aire de mis intentos,
sí, la paradoja recién expresa no tiene
semiología.- Hubo un guión que contuvo
la risa y mantuvo el cubo en el tubo irregular.
Otra vez delirante el viento se pasea
en las cavidades de la apófisis xifoides
y también sopla fuerte fingiendo sonar
ulular, mentiras, por la esfenoides craneal.

Una andrajosa vertiente es hoy tangente de mi pésame
péseme, ¿cuantos kilos? uf, me pego un tiro
Se me frustran las manos y los dedos están nerviosos,
y es claro, idiota, si estás enamorada y no te funcionan los sesos.
¿Qué ibas a esperar? Un amor compatible, perfecto y sin errar?
Un amor ideal que superara tus miedos y hiciera de la vida algo irreal?
Un amor que no se fuera, que se te atara, que constipara pero nada para preocupar.
Un amor totalmente innatural que desmiente la crudeza del mundo
y las injusticias en soledad, un árbitro de tu existencia que
derivárate en un océano juglar, de cánticos y risas,
risotadas de bienestar. No, nena
no ibas a encontrar jamás
un amor que te ayudara como a una niña y te
descubriera mujer,
no ibas a encontrar un abuelismo de pareja y
una eternización de fidelidad. 
Nunca el cariño había sido tan apetitoso
como para chuparlo y sufrir de saber que
lo estás robando.
Y la música oscura se transforma en materia
dentro tuyo nunca hubo solo luminosidad,
y ahora que el amor te toca la puerta e irrumpe
no podés más que estresarte y alterar.
¿Estabas o no estabas preparada? 
¿Tanto te cuesta admitirlo? Qué cuáles son los designios
que requerís para soportar?
Qué códigos, por dios, te sirven
para sentirte feliz y disfrutar.
Te llenas de boludeces, nena, es hora de madurar.
¿Alguna vez pensaste
que podías cansar?


I Candados

Le temo al tema
el tema de la inseminación
que penetra inquebrantable
al poro de mi piel.

Algo está mal aquí
algo, algo
escapa de mi claridad
el vidrio se empaña de 
mi propia agitación

El temblor que se genera
turbado en el centro
cuando una sonrisa no te convence y
cuando su mirada tampoco

Cuál es la necesidad de encontrarme
dependiente
del pretendiente
como si el existente fuera
mi amor e inconveniente?
Cuál
casual sinusoidal
cochino disgusto 
en asquerosa pretensión,
por favor,
basta.
Ya fue suficiente inseguridad
la que me aportó la calle, ya fue suficiente
la causalidad del presente, fue
suficiente pensamiento, ya fue
ya fue la mente.
Me suena a que es hora
de sentir el diluvio
sin dolor de cutis,
sin lagrimear por miedo
siéndome fiel y real
simplemente.