viernes, 4 de mayo de 2018

El reino de la lluvia

Ya
necesito
que me hables.
Ok
tas ocupado
ok
tas muy ocupado.
Yo también pero no dejo de pensar en vos
en que la puta madre salió todo al revés
yo sólo quería más
conexión
más comunicación más
empatía.
Y quizás lo pedí de una forma que
invertí la cuestión y
ahora somos apatía,
silencio, desconexión.
Como dos mosquitas que vuelan cerca pero no se conocen
como una cucharita apoyada en la mermelada
que no sabe qué es una mermelada
y la mermelada no sabe qué es una cucharita.

El agua que compartía con vos se esta enfriando
no es una amenaza
es una naturaleza
el calor que me dabas lo estás disipando
y entonces duermo cada día más abrigada
cada día más triste también.

Y como mi tristeza no parece ser de tu interés
me estoy curtiendo la piel del corazón, otra vez.
Olvidate que vuelva a ser como antes
no es una amenaza
es una naturaleza.

Y como tenés la misma actitud
que todos los chabones que me rompían el corazón
que cuando estábamos mal pero iguál chateábamos
hablaban de temas superfluos
concentrándose en temas que no eran interesantes
ni vitales
para ese momento
hablaban de una manera en la que
se concentraban mucho en ellos
en sus vidas, en sus problemas superfluos
(superfluos, bah
no quiero menospreciar pero
el amor me parece tanto más importante 
en esos momentos
de emociones tristes)
Como todos los chabones
que no entienden ni se esfuerzan
en empatizar
que pareciera que le tienen miedo
a hablar de sentimientos,
vuelan hablando de no sé qué
cuando yo te pregunto
por una puta cosa
que es
cómo está
tu puto corazón.

El mío
haciéndose pedazos
mientras me hablás
de nada.


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