sábado, 12 de diciembre de 2015

Medieval

Erava tan nera la noxe, come suos ojos noctámvulos
aun recordo el canto de sua voxe, que me volveó sonámvulo.
Habeba estrelias por toas partes, la Luna erava oculta,
brilaba rojo come sangre Marte, e lei ya erava adulta. 

De irla visitar tuve ganas, habeba bebido uno par de copas,
meas intenziones por lei eravan sanas, e me habeba puesto mis mejores ropas.
Me ubiquè bajo su alto balcón, e sentí l'olor del ginebra,
apaereció ligera me mirando como halcón, lei tanbién erávase ebria.

La lux erase tenue, mas vedí sus mejilhas rosadas,
yo la habeba conecido más ingenue, alhora hasta su postura erava osada.
Suo pater erava fuerte e celoso, parlarle sería sólo par una luxa,
mas lei quereva scaparse d'ese calabozo, entonces me dixo -"Escuxa,

Ataré questa tela de sábana para bajarme d'aquí,
spérame bajo, soy liveana e si caygo, caygo a tí".
El plan suonaba bueno, mas no lo eravan sus brazos,
de pronto se oyó lejos un trueno, asustóse e desgarró un retazo.

Yo erava muy mareado, no enfocava por la distanzia,
cayó estruendosa pronto a mi lado, e del miedo corí a mi estancia:
le vedí nel rostro la muerte, mas no soporté aquel silenzio,
pero la ocurrenzia vino a mea suerte, de irle visitar al amico Lorenzo.

Vivía n'una caye oscura, al lado de la vieja tuerta,
yo erava yorando sin mesura, quando me abrió la puerta.
Le conté todo e con anhelo le pedí -"por favor, por alcun medio
sé yo que vos has mio consuelo, eres mago de los remedios".

Lorenzo pensó uno rato, e preparó n'una olla agua en hervor,
echóle polvos extranos e uñas de gato, aquela sopa habeba un horrendo hedor,
púsose purpureos guamtes e apagó con eios el fuego,
me dixo -"dáselo en Luna menguamte, esto non es un juego".

Recojí e scondí lei suo cadaver, e speré las noxes devidas
pensé "ya quiero vuolver con alma la ver, ¿esto líquido darále vida?".
Le di por la boca lo brebaje, sus belhos lavios erávasen verdes,
e súbito le vedí el pasaje  a la vida desde lo inerte.

Suos ojos s'abreron enormemente, sus mejilhas sin carne dejavan ver suos dientes,
no ubo nunca nada que más me atormente, mas lo fingí sonriente.
Miróme e dixo con voxe d'engendro  -"Hola meo amore,
cómo aparento?" e respondíle tembloroso -"tan belha come mil flores".

Rióse come demonio e se paró d'un brinco
-"Cásate conmico, Antonio,e tendremos de hijos, cinco".
Al oyirla espantóme e m'atraganté con saliba,
escupíle -"Antes mátome, e ni aunque vuolviese a la vida".

Sua cara transformóse de furia, e yo tomé el cuxilho d'un salto,
la decapité durante suas injurias, mas sólo gritóme más alto.
Entonces le pateé sua cabeza parlante, suo corpo seguiva parado,
meos ojos no creívan lo que habeban delante, la confuzion dejóme impactado.

E lei erava rápida, tomó el cuxilho con suas pútreas manos,
mas sin vista, lástima, todo esforzo sereva en vano.
Le tomé de las piernas e la tiré paratrás,
la enterré cortada, alhora es eterna, e no vuolví verla jamás.


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