Música, música al aire
al compás de la existencia,
al ritmo de una masacre.
Sismo suave y algo intenso,
es hechizo de penumbras
y de ritos con incienzo.
A veces carcome pieles
otras veces regenera, pero puede
reencontrar amores o dispararles las sienes.
Poder hipnótico del canto,
ay, dulce melodía, eres pecado,
eres santo, eres euforia, eres espanto.
Recorro el lecho de tus oscuras manos,
acongoja espuma incitante al miedo,
confundes el alma y el corazón del humano,
pero, oye, música, yo en tí reencarno.
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