Te cebaste de oxígeno
y casi se te frena la sangre
como estallada gaseosa en inspiración
sudada en destellos de luz ardiente
que te quema
por ser super veloz.
Al escuchar las espigas
que estruendosas te corrompen
la paz, y encima
te quebrantás el ánimo. No está bueno
que la neblina te suena a orquesta y que
cuando garúe te ahogues.
No está bueno
que la paciencia se pierda en un agujero
infinito de un lugar desconocido
que sólo te devuelve ira, no está bueno
que se te colme así la armonía.
En momentos así
cuando el estupor es tan grande que está por reventar
que lo ves venir desde lejos
como si Júpiter estuviera por caer a la tierra
cuando lo ves así
respirá
como si no necesitaras más que eso para calmar
la fertilidad de tu mente,
como si sólo fuera necesario
un suspiro de águila que te revuele por las nubes
y las alturas te transmitan tranquilidad,
como si sólo fuera neceser
mecer el alma en un vientre etéreo
que te acurruque en sus brazos suaves de aire
y te diga "amorcito
no te calientes".
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