martes, 16 de julio de 2019

Texto aclaratorio

    Esto es para dejarme en claro lo que voy a hacer mañana.
    Voy a ir a su casa.
    Voy a tocarle la puerta.
    Voy a abrazarlo.
    Un rato largo.
    Voy a sonreírle.
    Voy a preguntarle cómo anduvo este tiempo.
    Voy a ponerme feliz por sus logros.
    Voy a contarle los míos. Que cuáles son?
    Pues, que me siento mejor conmigo misma. Que rendí bien la cursada, que me hice amistades más fuertes, que me estoy cuidando el cuerpo, que me siento muy rodeada de amor, que sigo trabajando en mis proyectos, que siento que me aproximo a la claridad cada vez más. No más que eso es necesario contar.
    Voy a decirle por qué fui a visitarlo. Voy a contarle que básicamente, quiero despedirme.
    Voy a explicarle que no es porque no lo quiera, ni porque no me interesa su vida, ni porque me disguste como persona. Voy a explicarle que es porque el último mes sufrí mucho, demasiado, que todavía no sé bien qué fue responsabilidad de cada quién, pero que quiero hacerme cargo de mí, por la que sé que sufrí más que por otra cosa. Voy a admitir que armé una fantasía muy grande con él y que cómo se está rompiendo es para mí un proceso de mucho dolor, pero positivo. Voy a admitir que es más difícil de lo que siempre le prometí, voy a admitir que no quiero prometerle más cambios, que me da vergüenza que esos cambios no ocurran rápido, y que debo respetar mi tiempo y mi ritmo de cambio, el cual, para que sea bueno y verdadero, debe ser lento, pues el virus está en una zona muy oscura y profunda.
    Voy a contarle que tomé esta decisión al darme cuenta que no entendía absolutamente nada sobre cómo comportarme en este momento, más que llorando todos los días. Voy a contarle que me invaden pensamientos muy negativos, que con mucho esfuerzo a veces logro extirpar. Voy a contarle que hace un mes, hablar con él no me sirve. No logro que me sirva. Hay algo que falla, y sospecho que es por el código que creí que habíamos armado, y que ahora, ya inexistente y como un fantasma, me inquieta horriblemente. Que no sé qué otro código tenemos. Que no siento haber construido una amistad, ya que todo siempre estuvo encapsulado en un aura romántica que me dio mucho confort y seguridad, y ahora que se pinchó, me siento en caída.
    Le voy a comunicar que sé que puedo cambiar. Que me siento cambiar, que me siento más fuerte. Pero como ya dije, es un proceso lento. Y hay mucho que tengo que resolver sola, sin esa burbuja.
     Quiero que sepa que este pedido de distancia y silencio es para la paz. Mental mía, y amorosa nuestra. Que sepa que este virus me afecta en el día a día y que se prende con él. Me tengo que ir a combatir con ese monstruo. Y espero volver y verlo de verdad a él, sin virus en el medio, sin malflashes, sin traumas, sin fantasías ni promesas cursis. Lo que necesito es sentir amor de verdad, compañerismo de verdad, amistad de verdad.
     Quiero que sepa que cuando vuelva, me gustaría tener una amistad con él. Ahora no puedo, el virus está por todas partes y no me deja relacionarme tranquila. Me siento debilitada y frágil por todo lo que viví estas últimas dos semanas, lo cual me pone triste pero lo combatiré. No quiero caer en depresión, estuve/estoy al borde, necesito remontar.  Y este remontar no puede ser con él, pues si se va, no podré mantener el vuelo sola. Le agradezco por toda la ayuda, la compañía, la paciencia y la audacia al ayudarme a pelear. Me enseñaste mucho y sé que todos tus consejos resuenan en mí y me dan fuerza, pero necesito quitarle el tono de tu voz y quedarme con las palabras para darles mi voz, digamos, incorporarlas de verdad. Esto es una despedida porque nada de vos puede ayudarme en este momento, pues hay puertas que se bloquearon y parte de esta lucha es para volver a abrirlas. Perdí confianza. Perdí amor. Perdí seguridad en mí. O quizás, bah, en verdad, nunca la tuve pero la había fabricado dentro de esa burbuja fantasiosa y colorida. Siento que "perdí" todo eso pero sólo tengo que generarla en serio.
     Esto es un pedido que viene desde lo más puro de mi corazón, que te ama y te va a extrañar, pero no puede seguir estando bajo el castillo que se derrumba, tengo que alejarme y verlo caer entero, escuchar el último retumbar de la piedra contra el suelo, para luego volver y prender una fogata entre las ruinas. Nos reuniremos, si aún estás por ahí cerca, y armaremos, quizá, un ranchito piola con una pileta y un árbol de paltas.  Ese día llegará, si sigo viva, no sé cuándo. Por el momento, no tengo problema en cruzarte por los prados, por las calles, por los antros. No tengo problema en divisarte de lejos y saludarte, en tenerte al lado y abrazarte. Esto no es para mentirnos. Esto es lo más sincero que nos puede pasar, porque yo voy a ser más sincera que nunca.
Te amo y quiero lo mejor para los dos, eternamente. 
Simo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario