jueves, 6 de agosto de 2015

Infértil


La tierra tiesa es seca y vacía
infértil he encontrado mi ser
en tan frías condiciones
nada puede crecer.
Ha caído un meteorito una vez
y ha erosionado todo lo habido
y por haber.
¿Has visto, Luna? ¿Crees que va a volver?
¿Crees que es posible que la suerte
así se me de?
¿Crees, tú,  que mi libertad su muerte
en él es lo que fue?
Ojalá me dijeras qué hacer,
ojalá que, Santiago,
sigas fuerte.


Tu alma, por dios, tan bella
me socavó la mía y encontró solución
mas mi solvente se evaporó
y quedaste
impureza.
No es que quise quitarte, amor,
no es que quise herirte y
basurearte, no,
pero entendelo,
este lugar no es
para vos.
Ni para nadie más
que yo.

Creo que mi corazón ya
no puede entregarse, ya
sólo ama y comparte, mas
no tiene nada más que dar
bah
no se puede regalar.
+++

A veces sonrío pero no pienso que lo hago,
a veces me dejo sentar cuando tengo ganas de estar parada
a veces contemplo y hablo
pero no escucho mis palabras, a veces
soy vaga y divago pero
siempre por la mente algo se me pasa
y resuena.
Hoy, por ejemplo,
resonaste todo el día,
bombón,
fuiste batería y la percusión
estalló en orquesta
aún no resolvió.

Cuando el caos es atroz
las mareas suben y el relámpago
cae justo al centro de mi cráneo, la
glándula pineal se electrifica y
cortocircuito. 
Excesiva
verdad, excesiva
información. 
La luz blanca del estallido
del impresionante impacto
de la asombrosa sorpresa
en el gesto de su suerte
reflejáronse en sus ojos, pues
los abrió tanto
que se iluminaron.
Y sollozaron.

Ay, mi vida
que me duele haberte dejado así
te fuiste herido y sólo yo, gris,
te vi irte, sin nada que decir.



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