sábado, 1 de agosto de 2015

Intrépida

Yo creía que era posible
sí, lo creía
que era tangible.
Que podía volar sin que me lo dijeran,
sin que me lo avisaran
Que la avispa asimilara que la colmena
estaba allí donde menos sentía
Que la brisa influenciaba hasta en la caverna
donde la carne se envenenaba.
Que podía levantarme sin miedos
¿que tiesos iban a atarme los pies? no,
¿que de esas habría mentido sin piel? no,
se volvió tenue el aire que respiro
y el metabolismo funciona.
De nuevo denuedo.

Cuando desperté esta mañana, un hombre en mi cama 
lloraba,
se estremecía doliente
y me agradecía por haberlo liberado
un poco. 
Pobre ser, que te han
controlado, como si tuvieras que 
rendir exámen de 
noviazgo matrimonial.

No te voy yo
a reprimir
ni un poco, corazón, no soy
de esa clase. Yo voy
a hacerte abrir hasta donde
más quieras, mi
función es
apreciarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario