domingo, 25 de octubre de 2015

Ininterrumpible

El estado perfecto de la materia.
La muerte.
La entrega casi completa a la transmutación consiguiente
que define la ley constante de la estabilidad en el cambio
ininterrumpible.

El estado perfecto de la existencia
la duda humana
porque así nada puede definirse
delimitarse
limitarse
ni imitarse
y cada cosa es única
cada fosa es la túnica
que nos viste desde que nacemos
y el final de la tela es
el final del sarcófago, donde
nuestra cabeza apoyamos
antes de cerrar los ojos
y decidir ver.

Voy a dormir
y al recostarme en la almohada despertaré
en el sueño de mi infancia
y la subjetividad me inundará de un mar vertiginoso de placeres
y miedos incomprendidos, inconclusos
lástimas pequeñas pero ardientes
arde la suerte ante el fuerte,
el mar de su frente, sudor de su dormir
mira 
se mira morir
¿motiva vivir?
mutila.
sufrir.

Se mira morir
semilla móvil
villano vil
vió el llano, vió mil
sin simil, viril.
A unas millas hay una villa
que se construyó con sillas torcidas,
la gente se asienta, se sienta y siente
que todos mienten, se entiende
que cuando una idea se tiende
todos atienden
mas nadie consiente,
concientemente.

El arrebol sobre la ciudad cansada
la vista también cansada
el día cegado, la tarde callada
la noche oscurísima
la luna sin plata,
el escape es el cielo, en estos casos,
en estos escasos tiempos de pasos
despacios, son lentos los espacios.
Y son nuevos los ciervos
que saltan allá a lo lejos
se ven lejos bien
de cerca los matamos. Nos los morfamos.
Los cortamos y los cocinamos
porque vivimos del ser
de la sed de ser
de la sangre agria
purificadora. Satán nos
contempla, mas no creemos
en él.

No parás de escribir, vale leerte?
Quién podría creerte, si ni tu identidad terminaste
te creés que este poema
podría revolucionarte?
Revolcate, nena,
en tu tierra fea.
(Mas no agredas al resto
eso sí está mal)


No hay comentarios:

Publicar un comentario