sábado, 24 de octubre de 2015

Mantra confuso

De repente desperté e intenté retener
ese instante
blanco como cuando la luz
encandilaba. Ese abrir y cerrar
de ojos, de piojos,
ese aplauso de tapa y contratapa
del libro que escribo.
Con mi propia sangre
con mi propia tierra
surgió una duda externa
tan interna
que retumba como ecos de miles de voces
de miles de dolores
tan ilusorios como reales. Odio
que el oído me haga "pi", odio
que la serpiente me acogote, odio
que se me vea el escote, odio
que nadie me toque. 
El fondo es profundo y se ahonda a cada segundo,
¿Es posible llegar? Llegar implica
Terminar? Que llegar y lograr no eran siempre un
Comienzo?

Cuando la materia pasa de frecuencia a una
eternidad más suave, más lenta, desciende por la
placenta una suculenta salsa picante
de hierbas y plantas industriales que dominaron
la fertilidad. 
Deforestaron
el plano verde liso llano
deforestaron
cada vello de su genital, con cera
deforestaron
hasta la mínima idea de igualdad. Una
sóla neurona quedó sola
solamente se asoma cuando el sol asola
cuando el rol de la aureola
se inmola, sólo para ella, para la pobre neurona
nueva como 
supernova.



Un montón de mentiras
un manojo de "monjas"
moluscos molestos
mofando como morsas
morfando amorfas
las formas del fármaco.
Sí, tan rebuscada
para decir que miente por amnesia
qué le pasa?
Le cuesta se-sincerar?

El mate está amargo, así le gusta a ella
no confunde mas se convence de que el azúcar es buena
o bueno, quién sabe, la glucosa transgénero
qué verso transverso, tal vez soy
disperso.
Se trepa la perla por la necrosis textil,
un mimo le gime y le hace sentir
que su respiración no es vana ni fútil, que
su vida reencarna y no puede morir.
(Ya puede morir
tranquila)
Mas ronronea, más ronronea,
ron, ornella,
arropate.
Arroz para el té
¿Quién lo diría?
Que te podían querer
"querer"
como a los objetos, claro,
materia de nuevo. Me tienen los huevos
por el piso, me erizo y el fuego
se me expele como ceniza, ya ni tiza
se aproxima
al pizarrón, ya ni ron
mimetiza 
rencor. 


Cálmate, dijo
y le dio un cachetazo
-Podías ser más suave, no?
Qué te costaba surtirte
de miedos concluidos para
ayudarme un poquito, qué te costaba
doblegarte para mí, qué te costaba
esclavizarte por mi amor, qué te costaba
un poquito de dolor?
Cuánto te cuesta una pena?
Si después se extirpa y, arena,
absorviste y resurgiste
(en cáncer)
cual colmena.

¿Qué?
De qué estamos hablando? perdón,
me perdí cuando dijiste eso de 
la arena, o sea
no entiendo. Que un cachetazo
en la cola
envenena? Por eso colmena?
O es que es amena la culpa
en la vena, o es que comenta
con menta las cuentas
que vendan las veinte velas
de las tiendas? Eso decís vos?
Capitalismos?
Otra vez enloqueció esta loca,
aloca su loca forma de dislocar
las coplas de sin acabar, las 
toca como si fueran a dar más 
las sopla como sopa 
las lastimás.

Basta ya fue suficiente discurrir
de la inconsciencia, ya es suficiente
la demencia que se tiene ya es
conveniente que pare con esto. 
¿Qué parezco?
Me pregunto a veces, ¿qué merezco?
Pasta con pesto
un plato
sí, por favor,
rómpamelo sobre mi cabeza
así, con furor.
Me dijeron que no existe el dolor.


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