viernes, 27 de noviembre de 2015

Inconclus

Poco a poco el paso pasa, 
apenas, 
a duras penas y piedras pone, 
por su camino, algún campesino, 
por joder. 
El azar la azoró varias veces, 
severa se veía en su ritmo estable, 
inmanejable se volvió al tiempo del rol 
del sol.
Una base sonaba, se
metía en su son ella y la acomplejaba,
amigos lejanos, igual los llamaba,
no entendía pero buscaba entender la nada.
Sofreía con estupor
las lágrimas que le causó
y luego de tener tanta hambre,
vomitó.
No
se bancaba ni la más mínima
pisada, su dedo gordo lo cortó
lo tajó por el reborde y la uña se la clavó
hasta el sangrado. Hasta el hartazgo
con ella misma se molestó, sufrió
de varios paros
cardíacos, convulsionó,
mas no pudo aún comprender
qué carajo le pasó
a su corazón, 
qué carajo le dolió.


Ella dice que 
lo que le duele es el ser, 
el meterse en las profundidades del otro
y luego por la presión reventar,
(el agua de mar
es más pesada que la de lluvia)
y en la atmósfera caída
ahora ahí la ves, tirada, sonreída
como las viejas sonrisas
las viejas muecas de tristeza
invertida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario